Del Rev. Dr. Antonio J. Gallardo L.
Saludos queridos seguidores de Cristo en la Diócesis Episcopal de Los Ángeles.
Con humildad he aceptado la nominación a la lista de candidatos para el octavo obispo de nuestra querida diócesis.
Mi deseo más profundo es servir a Dios y al pueblo de Dios, y mi camino espiritual me ha traído a este lugar de discernimiento con ustedes, a esta llamada como obispo, persuadido por el Espíritu de Dios a explorar este camino.
Soy una persona de fe, un pastor, un administrador de recursos, un maestro, una persona que produce resultados y alguien que inspira a las personas a trabajar juntas, construyendo sobre sus propias fortalezas y habilidades. Pero sobre todo, soy un seguidor de Jesucristo que se esfuerza por vivir cada día, por la gracia del Espíritu Santo, con un deseo genuino de responder fielmente a la llamada radical de Dios.
Al reflexionar sobre las necesidades expresadas por la Diócesis de Los Ángeles en la encuesta y las sesiones de escucha al principio de la búsqueda, y en mi propia experiencia como miembro activo en la diócesis, comparto el deseo colectivo de desarrollar una visión diocesana que nos una en nuestra diversidad, invite a todos en nuestra diócesis a ser participantes activos para hacer realidad esa visión, y apoye a nuestras congregaciones para que sean más vitales y efectivas.
Mi experiencia tanto en el ministerio como en liderazgo ejecutivo me ha preparado de manera única con las habilidades necesarias para este momento en la vida de nuestra diócesis. Soy un estratega eficaz con una capacidad demostrada de traer a la mesa a diversas personas para desarrollar un sentido de propósito compartido, construyendo sobre la base de nuestras fortalezas y manteniendo el compromiso y la motivación.
Comparto el deseo expresado por aquellos en nuestra diócesis de una comunicación y transparencia claras y consistentes. Yo, como ustedes, quiero sentirme orgulloso de que nuestra diócesis esté en sintonía con las realidades del mundo y promueva activamente la sanación y la transformación mutuas, siendo una voz alta por la paz y la justicia.
Confío en mis habilidades administrativas, habiendo gerenciado con éxito operaciones más grandes que nuestra diócesis y produciendo resultados de manera eficiente con el más alto nivel de transparencia e integridad, tomando en cuenta las necesidades de los diferentes grupos que sirvo, manteniendo su compromiso y manteniéndoles informados. Habiendo trabajado en varios sectores de la economía en varios países y en organizaciones de diferentes tamaños, he aprendido a transferir con éxito las habilidades que he desarrollado, y adaptarlas a las necesidades específicas de cada llamada.
Como pastor fiel, he guiado a personas de todos los ámbitos de la vida para que se inclinen más plenamente en el discipulado, compartiendo con ellos el amor y la compasión de Dios, encontrándoles donde están y cultivando el uso de sus dones para hacer realidad la visión de Dios para nosotros. Espero ser un pastor que escuche, guíe y fortalezca al personal diocesano y al clero, para que a su vez puedan prosperar en su ministerio y servir bien a sus comunidades.
Como miembro activo de nuestra diócesis durante los últimos 16 años, yo estoy familiarizado con las necesidades del ministerio local y tengo una base sólida, lo que permitiría una transición relativamente fácil. He servido en tres congregaciones que reflejan la diversidad de nuestros ministerios, como pastor en Todos los Santos en Pasadena, vicario en San Lucas de las Montañas en La Crescenta y actualmente como rector de San Lucas en Long Beach. También tengo experiencia sirviendo en cada uno de los órganos que gobiernan nuestra diócesis, y he sido nombrado para muchos grupos de trabajo y comisiones tanto en la diócesis como en la Iglesia Episcopal en general.
Yo amo y respeto nuestra tradición episcopal, y aporto una perspectiva amplia a mi liderazgo fiel basada en mis experiencias vividas como inmigrante, como profesional que ha trabajado en los sectores corporativo y filantrópico, y creciendo en una tradición cristiana diferente a la Episcopal.
Soy consciente de los desafíos que enfrentamos como diócesis, y estoy aún más entusiasmado con las posibilidades que el Espíritu de Dios tiene reservadas para nosotros. Estoy emocionado de conocer más a los increíbles laicos de esta diócesis, aprender lo que los inspira y escuchar acerca de los talentos que Dios les ha dado. También espero escuchar a todo el clero de la diócesis, especialmente a líderes de las congregaciones, para conocer sobre los deseos que Dios ha puesto en sus corazones y trabajar juntos para decidir qué puede hacer la diócesis para apoyarles en sus ministerios.
Dado el estado de nuestra nación y del mundo, estoy ansioso por explorar con otros, incluyendo el Obispo Presidente Rowe, el papel de la Iglesia Episcopal en la vida de nuestro país, ya que algunos de los más vulnerables de nuestras comunidades enfrentan la crueldad y el miedo.
Veo la belleza y las posibilidades que surgen de la reinvención del papel del obispo que está sucediendo actualmente en nuestra Iglesia: un mayor enfoque en la humildad, la vulnerabilidad y el cuidado pastoral; la exploración de nuevas posibilidades para evangelizar; la insistencia en apoyar a las comunidades locales donde ocurre el trabajo real con la gente; y la agilidad para responder a las crecientes necesidades del mundo.
Estoy listo para conocerles a todos, para ampliar mi comprensión de las realidades locales a través de los encuentros regionales en Octubre, y para ser una fuente de apoyo para todos los feligreses, el clero y el personal diocesano, guiando y uniendo a una diócesis tan diversa como la nuestra.
Estoy emocionado de continuar en este proceso de discernimiento mutuo, en el que continuáremos aprendiendo unos de otros, y en el que juntos oramos para que permanezcamos abiertos a lo que el Espíritu de Dios tiene reservado para nuestra querida Diócesis de Los Ángeles.
En el espíritu del Amor y la Verdad,
El Rev. Dr. Antonio J. Gallardo L.